los generales olvidados

Ayer por la tarde, en el Cementerio Parque del Recuerdo fueron las exequias del Oficial de Ejército en retiro Don Víctor Catalán Polanco, quien falleció en su hogar, en Santiago, la mañana de este lunes como consecuencia de un paro cardíaco. Era hijo de un oficial de Ejército y de una profesora. Había nacido hace 70 años. Sus primeros estudios los realizó en Vicuña y, posteriormente, en Santiago. Seguidamente ingresa a trabajar en el departamento de estadísticas y, en 1964, ingresa a la Escuela Militar. Egresa con la tercera antigüedad de su curso, como subteniente de Intendencia. Curso Militar de Intendencia 1965: Subttes. Julio Deramond Carrasco, Aliro Toledo Tabilo, Víctor Catalán Polanco, Oscar Valenzuela Carrasco (Q.E.P.D.), René Álvarez Ebner, Capitán Eduardo Ibáñez Tillería, Cdte. de la Compañía, Subttes. José Santelices Cuevas, Adolfo Solari Rincón, Luis Marchánt Hott y Jorge Vargas Montenegro.

Se desempeña como oficial en el batallón de Intendencia Nª 2, en el grupo de Caballería Nª 5, Lanceros de Puerto Natales, nuevamente en el batallón de Intendencia y en el Regimiento Buin. Estudió además en la Universidad de Chile donde, en 1976, se recibió de Contador Público. Desde joven mostró grandes condiciones para escribir e incursionó en numerosos relatos históricos y, posteriormente, escribió varios libros entre los cuales se cuentan “Morandé 80’’ y “Los Generales Olvidados’’. En octubre de 1969, participó activamente en el acuartelamiento del Regimiento “Tacna’’, que encabezó el general Roberto Viaux. A raíz de este hecho, el gobierno de Frei, le aplicó la Ley de Seguridad Interior del Estado, con relegación en Chañaral.

En 1970, con el grado de capitán abandona el Ejército, producto de una situación muy comentada entonces por la prensa y que bien refleja su hombría. El capitán Catalán, en compañía de otros uniformados de menor grado, asistió a la boite “La Sirena’’, la más conocida en esos años. Algunos parroquianos, civiles, les hurtaron sus gorras. Todos los demás presentes, civiles, negaron tener las citadas prendas y se burlaban. El capitán se retiró con su gente, pero fue a su Unidad Militar y volvió con refuerzos, redujeron a todos los civiles, buscaron sus gorras hasta encontrarlas y se retiraron. Quienes creían tener licencia para enlodar a los uniformados se llevaron un fiasco.

Pero entre los asistentes había un periodista que se desempeñaba en “Clarín’’ y éste llevó el cuento en ese pasquín en forma destacada, con llamado en portada, el principal. El oficial Catalán, como la vez anterior, asumió plenamente su responsabilidad y fue procesado por incumplimiento de deberes militares.
Entonces, como en otras ocasiones, sus mandos no lo respaldaron y lo dejaron solo ante la venganza de los políticos. Presentó entonces su retiro. Desde entonces se dedicó a trabajar en un rubro que conocía por ancestros: la imprenta y la encuadernación. Los editores conocieron a don Víctor Catalán Polanco desde hace unos10 años.

Eran los tiempos de la Concertación, los uniformados eran perseguidos, procesados, comenzaron a surgir las primeras condenas y los apresamientos. Cuando la mayoría tenía miedo y casi nadie se atrevía a salir en defensa de los uniformados acusados de violar Derechos Humanos, un grupo de civiles y uniformados fundó en Santiago el Movimiento “10 de septiembre de 1973’’ para defender a los camaradas que quedaron detrás de las alambradas enemigas. Víctor Catalán Polanco estaba en retiro, él había salido del Ejército mucho antes de 1973, no tenía problema o cargo alguno por DD.HH. y vivía entonces en el balneario de El Quisco. Supo del MDS y solicitó su incorporación. Cada semana venía religiosamente a las reuniones y, terminadas ésta, partía en la noche a tomar el bus para regresar a El Quisco.

En algunas ocasiones, no alcanzaba a abordar el último bus y alojaba donde su hijo. Durante más de dos años viajó regularmente a la capital, incluso con fuertes temporales de lluvia, para venir a trabajar por los presos políticos militares, sin tener él el menor temor en ese sentido, solamente por solidaridad. Posteriormente, cooperaba al Almirante Jorge Martínez en la elaboración de los estatutos de lo que sería el MUNA, Movimiento Unitario Nacional, que trató de ser partido político, sin conseguirlo.

Víctor Catalán creía que era necesario un partido político para ayudar a los procesados y condenados. Ello lo llevó a trabajar y estar entre los fundadores del PRI, Partido Regionalista de los Independientes. En lo personal era, a los 70 años, un roble. Alto, macizo, de pelo canoso y lentes gruesos. Gran fumador. A comienzos de este año le encontraron un cáncer pulmonar. Comenzó con sesiones de radioterapia. Le hicieron diez. Las sesiones le debilitaban en extremo, bajó fuerte de peso en semanas y pasaba cansado, en reposo en su casa. Hace unos días se resfrío, se tomó una neumonía y este lunes, un paro cardíaco, le causó la muerte. Su muerte, a los editores de Chile Informa, nos causa una profunda pena. Se ha ido un buen amigo.

Miércoles, febrero 23, 2011

Falleció Oficial de Ejército y escritor Víctor Catalán Polanco